¡QUIERO LEER!
Los niños tienen que querer, saber y poder decir: ¡Quiero leer!
¿Cómo lo hacemos?
Primero somos los maestros los que debemos darle valor a la
lectura, creérnoslo, disfrutar con ella, para así poder transmitir eso mismo
que sentimos a los niños. Y que ellos sean capaces de acogerla de la misma forma
que se la enseñamos.
En el primer ciclo los niños no saben leer, ¿Pero por eso no
le tenemos que dar importancia la lectura?, la respuesta es no.
Nosotros tenemos que iniciar a los más pequeños en la
lectura. ¿Cómo?
Acercándoles a
la lectura de una manera afectiva, contándoles o leyéndoles cuentos, cantando…,
eso sí de manera afectuosa, de manera que: “los niños han aprendido que los libros
se leen rodeados por brazos afectuosos, en medio de un ambiente cálido y
reservado para un momento de comunicación especial” (Irene Vasco)
Si como maestros
conseguimos esto, seremos capaces de hacer una biblioteca un lugar de
entretenimiento y diversión, la cual los niños quieran visitar y no un espacio
aburrido en el que los niños no leen ni ojean libros.
Una vez que
nosotros, los maestros, conozcamos y seamos conscientes la importancia de la
lectura en los primeros años de la vida. Seremos capaces de poder enseñarlo y
transmitirlo a las familias, para intentar y conseguir que haya una
colaboración y cooperación de las familias con la escuela en el ámbito de la
literatura infantil. De manera que los padres aprendan y sean capaces de
transmitir al niño buenos recuerdos de las experiencias con los libros.
¿Lo hacemos?
Referencia
bibliográfica: Vasco, Irene. Leer sin saber
Sé que es una entrada voluntaria, pero me ha encantado esta reflexión Nere! Estoy de acuerdo contigo en todo lo que dices.
ResponderEliminarEste curso estamos conociendo la importancia de la literatura infantil y creo que es crucial que un maestro/a sienta especial interés por la misma o tenga ciertos conocimientos básicos. Es importantísimo que los más pequeños le cojan gusto a la lectura desde el mismo jardín de infancia. Y me gusta que recalques que "leer" no significa que sentemos a los niños de 2 años delante de un libro y que se trague palabra por palabra todo el libro como la gente se imagina, si no que creemos un espacio agradable y cálido donde disfruten de un rato en compañía de imágenes, sonidos, palabras nuevas, canciones...
De esta manera, poco a poco irán "soportando" libros o historias más extensas y complicadas, pero con un gusto especial. Y ese es nuestro trabajo! :)
Veo que como a mí, también te gusta cada vez más esta carrera!
Una reflexión preciosa sobre el artículo de Irene Vasco. Te la anoto como voluntaria.
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